por Alejandro Cagliero
En el marco del 37° aniversario del hundimiento del ARA[1] General Belgrano, visitaron la ciudad de Marcos Juárez y los distintos establecimientos educativos, Horacio Marón, veterano del Aviso[2] Alférez Sobral; Segundo Valdez, Gerónimo Andrés Avelíno y José Módica, los tres tripulantes del Belgrano; y, finalmente, Francisco Gallier, miembro de la tripulación del ARA Santa Fe y, posteriormente, del ARA San Juan entre 1986 y 1993.
El Crucero General Belgrano
La historia del ARA General Belgrano se remonta al año 1938 cuando fue construido en los Estados Unidos e integrado a la Armada estadounidense bajo el nombre de USS[3] Phoenix. El 7 de diciembre de 1941 fue una de las pocas naves que intentó repeler a las fuerzas japonesas durante el ataque a Pearl Harbor. Luego, durante el transcurso de la contienda entre los Estados Unidos y el Imperio de Japón (1941 – 1945), se desempeñó como escolta, defendiendo a los buques que transportaban tropas estadounidenses de los ataques japoneses y de los kamikazes[4]. Una vez finalizado el conflicto, fue dado de baja en 1946 y adquirido por la Armada Argentina en 1951.
El Belgrano y la Guerra de Malvinas
De acuerdo con Segundo Valdez, Gerónimo Avelíno y José Módica, el Crucero General Belgrano formó parte del grupo de tareas 79.3 junto con el destructor Bouchard, el destructor Piedrabuena y el buque petrolero de reabastecimiento Puerto Rosales.
Las tareas del Belgrano durante el conflicto bélico eran, en primer lugar, vigilar los accesos Sur al teatro de operaciones; en segundo lugar, interceptar unidades enemigas y, finalmente, disuadir la presencia de fuerzas británicas de la zona donde se encontraba. El crucero argentino se encontraba cumpliendo dichas tareas desde el 24 de abril de 1982.
De acuerdo a los sobrevivientes, el 1 de mayo el Belgrano es detectado por el submarino HMS Conqueror[5], pero el ataque se dilata porque se consideraba posible la firma de un tratado entre los gobiernos de Argentina y el Reino Unido para formar un gobierno tripartito en las islas con los Estados Unidos como mediador. Sin embargo, de acuerdo al análisis de los veteranos, esa opción política no era conveniente para los británicos y para hacer fracasar las negociaciones, deciden hundir al Belgrano el 2 de mayo. Los sobrevivientes remarcan que, para el buque, fue imposible detectar al Conqueror porque no poseían sonar de profundidad. Sin embargo, ese dispositivo si se encontraba en el Bouchard y el Piedrabuena, pero no fueron capaces de descubrir al submarino inglés porque éste estaba equipado con un sistema electrónico de medida y contramedida, el cual envía señales falsas y hacía compleja la tarea de detectar la ubicación exacta de buques y submarinos de guerra.
El día 2 de mayo de 1982, a las 15.55, el crucero ARA General Belgrano fue alcanzado por dos torpedos disparados por el Conqueror, desatando una de las mayores catástrofes de la historia argentina.
Ese día, Valdez se encontraba en la 2da cubierta y relata que el primer impacto fue a la altura de la 5ta cubierta y provocó la explosión de un tanque de combustible, el cual dejó al buque sin propulsión ni energía y por ende, sin comunicación. Un minuto después, el crucero recibe el segundo y mortal impacto. Valdez recuerda vívidamente el grito de ayuda de los marineros que se encontraban cercanos al lugar de la explosión, el cual luego fue tomado por el fuego. Además, recuerda que en la 2da cubierta, el agua ya oscilaba los 70 cm. Minutos después, el segundo comandante del crucero ordena el abandono del barco porque el hundimiento ya era inevitable.
Valdez remarca dos hechos importantes: primero, él tenía asignada la balsa 18 pero cuando decida abandonar el buque, 40 minutos después de la orden de evacuación, descubre que la misma ya había partido del Belgrano. Por lo tanto, al ver aproximarse otra balsa, decide saltar al mar y sumarse a ella. El segundo hecho destacable fue que el barco se hundía por proa y, súbitamente, dio un giro y comenzó a hundirse por popa, lo cual evitó que succionara a las balsas que estaban a su alrededor y las arrastrara al fondo del mar. Una vez consumado el hundimiento, desde todas las balsas se gritó “Viva la patria, viva el Belgrano”. Valdez y el resto de la tripulación permanecieron unas 45 horas a la deriva hasta que fueron rescatados por el Piedrabuena. Finalmente, son evacuados a Ushuaia.
El hundimiento del Belgrano dejó un saldo de 323 marinos argentinos muertos.
El Aviso Alférez Sobral
Durante la guerra de Malvinas, el Alférez Sobral tenía como misión servir como punto de enlace entre las islas y el continente y al mismo tiempo encargarse de misiones de búsqueda y rescate. De la tripulación del mismo, formó parte Horacio Marón.
El 1 de mayo de 1982, llegó la primera misión para esta embarcación; un avión Canberra argentino había sido derribado por las fuerzas inglesas y se ordenó la búsqueda de los dos tripulantes de la nave, los cual se habían eyectado en el mar, cerca de los buques enemigos.
Marón relata que cuando el comandante les informó de la misión y de lo cerca que estarían de las fuerzas militares inglesas se generó un silencio total entre la tripulación. Cerca de la medianoche del día 2 de mayo, el Alférez Sobral llega al lugar del rescate y son divisados por helicópteros ingleses. En el horizonte, los marineros observan luces, creyendo que eran las bengalas de los pilotos a rescatar, pero en realidad eran misiles, los cuales impactaron en la lancha de rescate y en el puente de comando.
En ese momento se desataron varios incendios que pudieron ser rápidamente controlados. El pequeño barco logró mantenerse a flote, pero los incendios habían destruido las cartas náuticas y los sistemas de navegación, por lo tanto se generó un desconcierto hacia donde debían dirigirse. Gracias a una brújula de tierra, a las olas que venían del norte y la pericia de los marineros fueron capaces de llevar al Alférez Sobral a Puerto Deseado. Ocho marinos, incluyendo al Comandante Gómez Roca, murieron en el ataque inglés. El Alférez Sobral sobrevivió a la guerra y hoy día se encuentra en camino de transformarse en un museo.
El ARA Santa Fe
El ARA Santa Fe fue uno de los submarinos argentinos que participó de la contienda bélica de Malvinas. En el mismo se encontraba Francisco Gallier. Dicho submarino fue parte de la Operación Rosario y desde esa embarcación partieron buzos tácticos y comandos anfibios que posibilitaron la toma de Malvinas a inicios de abril de 1982.
El 24 de abril del mismo año fue apostado cerca de las islas Georgias del Sur para evitar el desembarco de tropas inglesas en dicho territorio. Los británicos rápidamente descubrieron la presencia del submarino argentino y salieron a la caza del mismo. Divisado por helicópteros ingleses, es obligado a emerger a superficie desde donde intenta repeler el ataque británico.
Sin embargo, en una batalla desigual y a pesar de la tenaz resistencia, el submarino fue dañado y se encontraba herido de muerte. Por lo tanto se dirigió hacia puerto en las Islas Georgias para poder evacuar a la tripulación. Una vez tomada dichas islas por las tropas británicas, los tripulantes argentinos se rinden y deciden hundir al Santa Fe para que no cayera en manos inglesas y fuera exhibido como trofeo de guerra. Félix Artuso sería la única víctima fatal que tuvo que lamentar la tripulación del Santa Fe en su bautismo de fuego en 1982.
[1] Armada de la República Argentina.
[2] El Aviso era una unidad naval militar, generalmente de rápido despliegue, que tenía como objetivo principal transportar pliegos y órdenes entre los buques o entre éstos y la costa.
[3] United States Ship (Barco de los Estados Unidos).
[4] La palabra kamikaze significa, en japonés, “Viento divino”. Con ese nombre se conoció a los ataques suicidas llevados a cabo por pilotos de la Armada Imperial Japonesa contra buques de los Estados Unidos.
[5] Her Majesty’s Ship (Buque de su Majestad).