por Anabela Brunetti
Datos obtenidos en el archivo de la Dirección de Catastro de Córdoba aseguran que el Sr. Salustiano Arévalo era propietario de la Estancia conocida como “El corral de Las Liebres de Arévalo”, situada al este de la actual población de Laborde y permite reflexionar sobre el nombre del pueblo que tendría relación directa con esa gran extensión de campo, cuando la Compañía de Ferrocarril determinó la designación “Las Liebres” para la estación que, para quellos tiempos, eran designadas con los topónimos del lugar”, razón que ayuda a corroborar la procedencia del nombre inicial del pueblo.
En el documento de adquisición de la suerte 73 por parte de Juan María Laborde se lee textualmente: “Aunque en el presente caso es facultativo para el Sr. Laborde marcar la villa o pueblo (Art. 8 a 9), ha creído conveniente hacerlo por el adelanto que importa la creación de un pueblo en la Estación Las Liebres del Ferrocarril de Firmat a Río Cuarto, que es la más importante de todo el trayecto, así también por las ventajas que proporciona a los habitantes de aquellos lugares.
A los ramales que ya se extendían uniendo Buenos Aires con el interior se le incorporó, en 1903, la sección Monte Maíz – Chazón”. Este ramal unía Corral de Bustos, Isla Verde, Monte Maíz, Médano de las Cañas, Las Liebres.
En octubre de 1902 circuló el primer tren, mientras se iban agregando más durmientes y rieles para dar continuidad a las vías férreas. Pero aún no había llegado la hora de la inauguración oficial.
Una sólida construcción edificada a la vera de las vías permitía el albergue a pasajeros y las tareas propias del movimiento de mercaderías. El cartel anunciaba “Las Liebres”
El 19 de mayo de 1903, fecha tomada como fundacional para Las Liebres, arribó el primer tren, cuya locomotora, tenía una gran corona de laureles, símbolo de la victoria que se ganaba al conectar otra población más en la línea férrea e incorporarla, por medio de la comunicación, al adelanto y al progreso del país.
En él viajaban las señoras Else Bohl, Charlote Elizabet Bohl y Luisa Willenbücker de Kooper, maestra recibida en Inglaterra, que ocupaban los asientos 1, 2 y 3 procedentes de Rosario y llegaban a esos parajes habitados por familiares para hacer docencia entre los suyos. Fueron recibidas por el Jefe de la estación con un gran ramo de flores.
La colonización transformó la fisonomía geográfica, social y cultural del lugar.
Don Juan María Laborde le había dado su nombre a la colonia; el pueblo y estación fueron bautizados como Las Liebres.
Al sur de la línea ferroviaria, entre las Liebres y Médano de las Cañas, el Sr. Wenceslao Escalante, había adquirido las tierras de la suerte N° 80, que tomaron enseguida el nombre popular de “Campo 80”.
Para sorpresa de los habitantes de Las Liebres, el 14 de diciembre de 1918 inesperadamente el pueblo cambió su nombre por el de Wenceslao Escalante, por gestión del administrador del “Campo 80”. Los vecinos no tardaron en reaccionar y bregaron por imponer el nombre de quien fuera el verdadero “fundador”, Don Juan María Laborde.
De esta decisión unánime, y tras los trámites efectuados ante los organismos oficiales de la provincia, el pueblo tomó su nueva denominación el 13 de diciembre de 1919, la que hoy lo acompaña y lo distingue: LABORDE.
Recordar esta parte de la historia del nacimiento del pueblo, implica además recordar los esfuerzos de los que en sus comienzos lo habitaron y lucharon por su integración.
Un nuevo hito había surgido por la entereza y voluntad de los pioneros que se lanzaron a ganarle a la soledad de la pampa.
Primera Parte
Fuente: Primo, Lilia Ana. Ayer Las Liebres, hoy Laborde. Cien años de historia. 2003 Recopilación: Prof. Anabela Brunetti