por Rosemary Virginia Bandiera
(Centro Municipal de Estudios Históricos de Camilo Aldao).
El pueblo “Camilo Aldao” ocupa una superficie de 400 hectáreas, diagramado en forma de un cuadrado perfecto. En el centro fueron diseñadas cuatro plazas, cercadas más tarde por varios hilos de alambre y bordeadas con paraísos. Las separaban simétricas calles que se juntaban en el monumento central, llamado por los camilenses “Pirámide”. Rústicos molinetes posibilitaban las entradas.
La “Pirámide”, de 15 metros de alto, se erigió en 1895 para identificar el nacimiento del pueblo. Guarda la “Piedra Fundamental” y el “Acta Fundacional”.
En sus comienzos se construyó solamente la base, donde figuran fechas recordatorias de acontecimientos históricos: 12 de Octubre de 1492, 25 de Mayo de 1810, 9 de Julio de 1816 ( luego reemplazada por la imagen del Escudo Nacional), 5 de Septiembre de 1894.
Años más tarde, se colocó sobre la base, una columna que culminaba en una esfera y en 1924, con la instalación de la luz eléctrica, la esfera fue reemplazada por la “Estatua de la Libertad”, portadora del faro, antorcha de luz, guía y progreso.
En el año 1924, también fueron unidas las cuatros plazas conformando una plaza única, en la que largas sendas cortaban el gran espacio abierto. Los paraísos fueron espaciados y se plantaron numerosos arbustos. Se colocaron “estatuas representativas de las cuatro estaciones del año” que circundaron la Pirámide, conformando un bello complejo arquitectónico.
La Pirámide, con las cuatro estatuas alegóricas, se destaca en el centro del boulevard José María Aldao. Es orgullo de los camilenses y el símbolo máximo de Camilo Aldao.

El PUEBLO EN SUS PRIMEROS AÑOS
El Primer Libro de Actas que guarda la Municipalidad (1897-1920) es un comunicador claro, veraz y elocuente de cómo se fue gestando, construyendo y organizando nuestro pueblo.
A partir de la colocación de la piedra fundamental hasta que se construyó la “Casa de la Administración”, las directivas las daba el fundador desde su oficina instalada en el hotel ubicado frente a la estación de ferrocarril de Cruz Alta, o bien desde la Colonia Elisa, que recorría periódicamente , trayendo en su break a los compradores de lotes.
Desde 1895 hasta 1902, en la “Casa de la Administración” se realizó la compra – venta de terrenos del pueblo y la colonia. Allí también comenzó a funcionar desde 1896 el Juzgado
de Paz y desde 1897, la Primera Comisión de Fomento y la Oficina del Registro Civil. En 1902, estas instituciones se trasladaron al edificio de la esquina de Belgrano y Aristóbulo del Valle, frente a la plaza.
La década de 1910 presenta un pueblo que va creciendo rápidamente, destacando dos sectores perfectamente diferenciados: el centro, con sus plazas rodeadas de edificios
importantes: Administración e Iglesia, comercios, hoteles, fondas y algunas pocas viviendas particulares… y los alrededores, donde jornaleros, peones de campo, carreros, quinteros, ladrilleros,…, ocupaban amplios terrenos. La gente que poseía una situación más acomodada era propietaria de los campos y vivía en ellos.
Un gran espacio, casi desolado separaba el centro de las orillas, terrenos sin viviendas y cubiertos de malezas, hacían que el pueblo apareciera social y económicamente dividido.
Durante la noche, la ausencia de luz hacía casi imposible el tránsito por las afueras. En el centro, en cambio, la oscuridad se atenuaba por la presencia de unos pocos faroles alimentados con alcohol carburado que alumbraban las principales esquinas.
Como ya dijimos, las instituciones y edificios más importante se ubicaban frente a las plazas. La Capilla de San José, que nació con el pueblo, totalmente refaccionada, alcanzó
en 1915 la categoría de Parroquia, desprendiéndose de Cruz Alta. La Escuela Fiscal, con más de 200 alumnos en 1917, esperaba su edificio propio, y el cine – bar de la familia Armato lucía un moderno salón para cine y fiestas. El hotel de Santiago Palma, la casona de los Aldao, los negocios de ramos generales de Olañeta y de Jaureguialzo y el elegante bar Sportman destacaban importantes edificios sobre calle Alem.
El comercio estable se complementaba con el de los vendedores ambulantes, que con sus pregones despertaban al vecindario: lecheros, queseros, heladeros, verduleros… detenían sus carros y carritos tirados a mano para atender al paso, brindando un espectáculo improvisado y pintoresco en las mañanas camilenses. En 1923 llegó la luz eléctrica…y todo fue cambiando.

PARA EL FINAL
Como conclusión, podemos afirmar que Camilo Aldao se inició y creció por el trabajo constante de gente sencilla que llegó hasta aquí para, desde la nada, crear un pueblo.
Con carros, caballos y elementales y precarias herramientas, abrieron calles y caminos, plantaron árboles, hicieron ladrillos, levantaron viviendas, trabajaron el hierro y la madera, criaron animales… fundaron y sostuvieron las primeras instituciones.
Los nombres de todas estas primeras familias “hacedoras del pueblo” perduran en una réplica del plano original, ubicado en el hall de entrada del edificio municipal. Es nuestro homenaje a su memoria.
Para terminar, debemos dejar en estas páginas el recuerdo y agradecimiento a nuestros fundadores, la familia Aldao, quienes, siguiendo la consigna de Alberdi, “gobernar es poblar”, con el pensamiento abierto al futuro, vendieron en su totalidad la tierra que poseían, facilitaron ampliamente su pago, acercaron la urbanización, crearon las instituciones básicas, se preocuparon por la salud física y espiritual de los habitantes, los orientaron en el trabajo y los organizaron como comunidad.
Camilo Aldao, hoy, se erige como un pueblo progresista, de raíces agrarias, donde no existen ni estancias ni terratenientes , sus habitantes trabajan y comparten una misma tierra, unidos en la esperanza de seguir construyendo realidades.

Primera Parte
Bibliografía Nelia García de Gay, Rosemary Bandiera de Miriani, “El Alma de Camilo Aldao Centenario 1894 – 1994”. Septiembre de 1994 Instituciones Públicas y Civiles, “ Documentación “, Camilo Aldao. Familias y personas, “Documentación e Informes”