Continuamos con el ciclo titulado “Nuestras Historias Rurales”. En esta ocasión estuvimos presentes en los festejos de los “75 años de la escuela Esteban de Luca”, ubicada a unos 25 km al Sur de la localidad de Marcos Juárez y a 15 kilómetros al Norte de Inriville.
En dicho acto, estaban presentes el Secretario de Educación de nuestra provincia Luis Franchi, autoridades de la localidad de Inriville, muchos ex alumnos y ex docentes que pasaron por esas aulas, la maestra y los alumnos actuales, docentes de otras escuelas rurales y algunos vecinos que conservan su sentido de pertenencia con la institución educativa. Queremos agradecer a todas aquellas personas que colaboraron en la realización del presente trabajo.
Escuela Esteban de Luca
No estamos haciendo turismo campestre en la pampa bonaerense ni en una estancia entrerriana, no, esta vez vinimos a la Colonia Jerusalén, en el Sudeste cordobés, donde se encuentra la Escuela Primaria Esteban de Luca, ubicada a unos 25 km al Sur de la localidad de Marcos Juárez y a 15 kilómetros al Norte de Inriville.
Hasta allí nos llegamos para ser testigos de los festejos de los primeros 75 años de su próspera existencia. En dicho acto, estaban presentes el Secretario de Educación de nuestra provincia Luis Franchi, autoridades de la localidad de Inriville, muchos ex alumnos y ex docentes que pasaron por esas aulas, la maestra y los alumnos actuales y docentes de otras escuelas rurales. También se acercaron algunos vecinos que conservan su sentido de pertenencia con la institución educativa y colaboran para mantener viva la posibilidad de que los niños que habitan la ruralidad también puedan acceder a la educación gratuita y de calidad.
Como es habitual en estas celebraciones, la Directora de la escuela, Verónica Bruno, se dirigió a los presentes iniciando así su discurso:
“Gracias a cada uno de ustedes por estar hoy aquí presentes para celebrar juntos 75 años de historia de esta escuela tan querida por tantas personas que han pasado por aquí. Han trascurrido 75 años desde aquel mayo de 1950, cuando en el domicilio particular de los hermanos Baiochi comenzaba a funcionar esta pequeña escuela rural, para más tarde trasladarse a la casa de la familia Pellegrino. Más luego de ocho años se designaba con el nombre de Esteban de Luca, (…)”
Para terminar se pronunció agradeciendo de esta manera:
“Ustedes son y han sido la razón de ser de esta institución; gracias a las familias que son parte fundamental de nuestra comunidad educativa, por el apoyo constante y la confianza depositada en nuestra escuela; gracias a quienes están cotidianamente atentos a los requerimientos de esta escuela, al señor presidente de cooperadora Ariel Santacreu y sus colaboradores, Juan quienes informan del estado de los caminos los días de lluvia, quienes mantienen limpio el predio, quienes están atentos si hay luces que no funcionan, entre tantas otras cosas; gracias a la municipalidad de Inriville, a la señora intendenta Julieta Aquino, a la secretaria de cultura María Ester Rossi, a todo su gran equipo, gracias por su atención y amabilidad. Siempre están a nuestro servicio para lo que nos haga falta en cuanto a infraestructura, mantenimiento, limpieza, transporte escolar, capacitaciones docentes. Gracias por sobre todas las cosas por brindarnos una escucha activa y atenta siempre. Es sumamente valorado por nosotros. También es un momento oportuno para agradecer a nuestra superioridad, en todos sus rangos por mantener su mirada en las escuelas rurales, los cuales son refugio y oportunidad para los niños de esta zona. Gracias por brindarles la misma oportunidad que a los niños de las escuelas urbanas. Y por último quiero mencionar en nombre de nuestra querida comunidad educativa, el deseo que este aniversario sea una nueva oportunidad para soñar juntos, para seguir construyendo un futuro lleno de logros y para que nuestra querida escuela continúe siendo un faro de educación”.
A continuación pasamos a las instalaciones de la querida escuela para compartir vivencias y emociones, agregando en sus paredes nuevas placas recordatorias como testigo de este trascendente suceso. Destacamos aquí el mensaje de los ex alumnos: “Aquí aprendimos, soñamos y crecimos. Gracias por ser parte de nuestra historia”
Casi todos conocemos los sucesos y próceres de nuestra historia nacional, sin embargo no ha sido tan difundida la trayectoria de Esteban de Luca, como para resaltar la importancia de que una escuela pública y rural merezca llevar su nombre:
Este poeta al que ya se refirió la Seño Verónica, nació en 1786 en lo que entonces era el Virreinato del Río de la Plata. Fue Director de la Fábrica de Armas de Buenos Aires en los años siguientes a la Revolución de Mayo. Compuso algunas marchas patrióticas y por los días en que se formó la Primera Junta de Gobierno en 1810, escribió una que fue entonada como canción nacional, sin embargo la que se oficializó como Himno Nacional Argentino es la de su amigo Vicente López y Planes. Contribuyó también, en la formación del Ejército de los Andes; fue fundador de la Sociedad Literaria y redactor periodístico, entre otras cosas. Murió a los 37 años cuando el bergantín en el que regresaba de una misión diplomática naufragó en el Río de la Plata.
En este paisaje campestre se destaca un eucaliptus, árbol originario de Australia traído a nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX con la finalidad de contener los fuertes vientos en estas pampas inmensas, casi carentes de árboles o con arbustos bajos. Se empezaron a plantar en las estancias de la zona de Buenos Aires, para formar cortinas forestales, preferentemente del lado sur de las viviendas. Árbol de crecimiento relativamente rápido, conocido por su tronco robusto, recto y alto. Su madera es abundante y se puede utilizar en la construcción o como leña, tan necesario para el habitante de aquellos tiempos. Llega a desarrollar una altura de 30 a 50 metros, permitiendo su visualización desde la lejanía, fijando un punto de referencia o dando relevancia al lugar cuando eran sembrados en abundancia alrededor de una estancia. Posteriormente, con la llegada de la inmigración europea y el desarrollo de la agricultura rápidamente se fueron poblando estos campos con colonos que, necesitados de las bondades del eucaliptus, los fueron plantando en las cercanías de sus viviendas, generalizándose también en nuestra zona. En la actualidad quedan muchos ejemplares como el que vemos frente a esta escuela, que se mantiene como testigo de un tiempo donde la población rural era más numerosa que la urbana.
Coordinación: Héctor Decándido
Grabación y edición: David Robledo
Fotografía: Leonardo Cristófoli
Textos: Claudia Cerón
Héctor Decándido
Voces: Claudia Cerón
Adriana Palmieri
Participantes:
Verónica Bruno (Directora de la escuela)
Ariel Santacreu
Germán Prancetti